Tres ejes del pensamiento y la obra magonista

Tres ejes del pensamiento y la obra magonista*

x Alonso A

«Que cada hombre y cada mujer que amen el ideal anarquista, lo propaguen con tesón, con terquedad, sin hacer aprecio de burlas, sin medir peligros, sin reparar en consecuencias.»


Introducción

La obra tanto en pensamiento como en acciones que realizaron desde finales del siglo XIX hasta la segunda década del siglo XX los magonistas, es muy vasta y ha sido objeto de muy variados estudios y tabajos. El día de hoy, por espacio y tiempo, nos enfocaremos en definir y comentar 3 ejes específicos en los que de manera muy particular se desarrolló la obra magonista.

Empezaremos por definir que entendemos de manera genérica por magonismo a los diversos grupos que reivindicaron a partir de 1901 las ideas vertidas por el grupo lidereado por Ricardo Flores Magón, y que se plasmaron tanto en sus relaciones epistolares, como en los programas, proclamas y pocisiones esgrimidas a través de los distintos órganos de difusión del grupo de Ricardo y luego del Partido Liberal Mexicano (Regeneraciòn y Revolución).

Al estudiar dichos programas, observamos en el pensamiento magonista una evolución que parte desde un liberalismo republicano y federalista, constitucionalista a ultranza, que fuera defendido desde 1901 hasta 1906; y que progresivamente, a raíz de las difíciles condiciones de exilio y las constantes persecuciones y encarcelamientos, fue abriendose paso hasta culminar en la adopción del comunismo libertario, del anarquismo, como doctrina social revolucionaria.

Esta adopción, si bien por la correspondencia interna que conocemos en la actualidad aparece desde 1906, se aprecia claramente hacia 1911, con el Manifiesto del 23 de septiembre.

Ahora bien, ¿por qué existe esta aparente contradicción? ¿por qué la ambivalencia en el contenido de su programa y métodos de lucha?

Estas interrogantes, encuentran su respuesta al adentrarnos en la concepción revolucionaria que sostuvieron los magonistas, analizando sus estratégias y fomas organizativas.

En este sentido observamos que se debe a 3 ejes principales sobre los cuales la lucha del los magonistas se desarrolla siempre de manera paralela, en ocaciones, para bien o para mal, concediendo más importancia a uno u otro eje, pero siempre en un desarrollo continuado.

La organización de vanguardia

El primer eje a definir es el del partido, no como estructura de masas, sino como organización de vanguardia que aglutinaba a los elementos que respondían al programa anarquista revolucionario sostenido por Ricardo Flores Magón.

En este sentido, Enrique Flores Magón explica:

Conocedores del medio en que viviamos y de la psicología, tradiciones, prejuicios, atavismos, ec, etc. Del pueblo mexicano, y teniendo en cuenta el antagonismo (o mejor dicho, el miedo) del pueblo de entonces ante las ideas de avanzadas, comprendimos desde luego lo imprudente que hubiera sido declarar nuestros postulados anarquistas, imprudencia que hubiera dado por resultado que quedásemos aislados y nuestra labor reducida prácticamente a nada.[1].

Aunque se ha señalado que Ricardo tenía conocimiento del anarquismo desde 1901,[2] sólo es posible señalar por sus epístolas que dicho programa lo adopta hasta 1906, y se materializa con la formación de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano (en adelante Junta). En dicha Junta, un grupo de reconocidos magonistas en el exilio en EU se habían agrupado para direccionar al PLM y preparar la insurrección armada que pusiera fin al régimen de Porfirio Díaz.

Desde su origen la Junta se compuso de los elementos más de avanzada del las filas del liberalismo, tanto socialistas como anarquistas, sin embargo, conforme avanzó el tiempo la Junta, ya para 1908, estuvo solamente compuesta en delante de anarquistas de la talla de Librado Rivera, Práxedis Guerrero, Anselmo Figueroa, etc

Al respecto Ricardo escribió:

Todo se reduce a una mera cuestión de táctica. Si desde un principio nos hubiéramos llamado anarquistas, nadie, a no ser unos cuantos, nos habrían escuchado. Sin llamarnos anarquistas hemos ido prendiendo en los cerebros ideas de odio contra la clase poseedora y contra la casta gubernametal.(…) Todo es, pues, cuestión de táctica.[3]

¿Cómo se materializó la actividad directiva de la Junta? En primer lugar abría que diferenciar el papel de directriz, o vanguardia, que tuvo la Junta, del papel sostenido, por hacer un paralelismo histórico, por las direcciones mencheviques y bolcheviques que en ese tiempo despuntaban en la Rusia zarista.

El concepto de dirección de los Anarquistas, se centra en la consolidación de un núcleo de revolucionarios cuyo fin es dinamizar y potencializar los conflictos de clase, apuntando a que sean los propios trabajadores y campesinos los que se den sus programas de luchas y sea a través de la la acción organizada de carácter reivindicativo o reformista como se de un proceso de agudización de la conciencia de clase en los sectores explotados y oprimidos.

Es decir, en lugar del postulado socialdemocrata y bolchevique de que la conciencia de la clase debe de aportarla el partido de “iluminados”, el magonismo apostó por que fueran los propios sectores en lucha quienes se dotaran de un programa y conciencia revolucionarias.

La organización minoritaria asumió formas clandestinas a fin de evitar lo más posible la represión del régimen de Díaz, aún cuando muchas veces esto no fue posible y sus miembros fueron a parar a las cárceles norteamericanas y mexicanas en distintas ocaciones.

Desde 1905 la Junta había girado instrucciones a sus miembros: Constituiran en las poblaciones que residan, agrupaciones secretas que estarán en comunicación con la Junta.[4]

El papel de la minoría, de la agrupación de vanguardia lo define Flores Magón así:

“Lo que se necesita es una minoría enérgica, resuelta, irreducible a la traición. Eso es lo que se ha necesitado siempre desde la infancia de la humanidad, y esa minoría valerosa de libertarios que luchan en México en éstos momentos, esa minoría que no ha hecho aprecio de los tratados de paz, es la que arrastrará a las masas a tomar posesión de la tierra y de la maquinaria de producción, a pesar de las dudas de los `incrédulos´, a pesar de las profecías de los `pesimistas´, a pesar de la alarma de los `sensatos´, de `los cabezas frías´ y de los cobardes. ¡Adelante, camaradas!”[5]

La labor de la Junta consistió en coordinar grupos de diversa índole, tanto trabajadores, como campesinos, como gavillas opuestas al régimen de Díaz, como de liberales radicalizados, quienes estaban adheridos al PLM, con el propósito de desarrollar una insurreción generalizada contra la dictadura.

La lucha de masas, el PLM

Como hemos apuntado, el PLM estaba conformado por diversos sectores y grupos con interéses muy particulares que eran coordinados por la Junta. Habría que señalar en primera instancia que el PLM nació de la unión de algunos clubes liberales, y que en un principio contó con la participación de destacados liberales.

Al exiliarse el grupo magonista, llegó la necesidad de dotar al PLM de un programa de lucha. Para esto, se convocó a que cada miembro del PLM aportara sus opiniones, convirtiendo el programa de 1906 en la expresión política, no de la Junta cuya idea fija era la insurrección revolucionaria, sino de la mayoría a nivel nacional.

Esto se enmarca en el contexto represivo del régimen de Días, bajo el cual los disidentes a la dictadura tenían que actuar con gran sigilo y en la clandestinidad, sino querían ser detenidos y trasladados a la bastilla de San Juan de Ulúa o en el peor de los casos morir a causa de la Ley Fugas.

Siendo la más mínima disidencia castigada, en México, a pesar de haber existido después de la guerra de reforma, en la época de Díaz no existían organizaciones reivindicativas de lucha de los campesinos y de los obreros.

El PLM vino a cubrir este vacio. Teniendo las células del PLM la tarea de ganar adeptos a la causa libertadora, encontraron que la mejor manera era a través de la organización de campesinos y trabajadores.

En este sentido diversos historiadores del magonismo han señalado:

El trabajo de los magonistas en Cananea y en Rio Blanco es un claro ejemplo de la línea de organización, la línea de masas y las funciones de la prensa dentro de la política del Partido Liberal.[6]

En la práctica la Junta dio prioridad a la tarea de vincularse, influir y organizar al proletariado industrial.[7]

Esta tarea fue alentada por la Junta, quienes contribuyeron con loguística y dinero a los grupos que se dieron a la tarea de organizar a los trabajadores.

En el caso de la huelga de Cananea, la Junta tenía presencia desde “los primeros meses del año 1905 (cuando) llegaron a Cananea José López, Enrique Bermúdez y Antonio P. Araujo.”[8]A pesar de que meses despúes tuvieron que huir de dicho centro minero ante el hostigamiento de los matones de William Cornell Greene, dueño de la compañía minera, la semilla de la insurgencia minera se plasmaría en la conformación de la Unión Liberal Humanidad y del Club Liberal de Cananea, ambos formados por miembros de la Junta, aunque al estallar la huelga fue este último grupo el que tomó la iniciativa y desarrolló la Acción Directa Obrera contra los pistoleros de Green.

Escasos meses despúes surgió de manera muy similar la insurrección obrera de Rio Blanco como punto culminante de la Huelga General desatada por los obreros de Hidalgo, Puebla, Veracruz; secundada por obreros de la capital y de otros Estados.“Rio Blanco, al igual que Cananea, era uno de los complejos industriales más grandes de su tipo en México.”[9]

En Rio Blanco a inicios de 1907, tras decretar Díaz un luado que declaraba derrotada luchas anteriores de los obreros textiles y tras un cierre patronal, trabajadores y trabajadoras estallaron prendiendo fuego a las tiendas de raya dando vivas a la libertad y clamando por la salida del dictador.

Estos hechos fueron promovidos por Jose Neira, obrero revolucionario enviado por la Junta con la intención de organizar al sector textil, uno de los más numerosos de entre las ramas de la industria en dicha época. Esto comenzó el:

“2 de abril (cuando) un grupo de 27 obreros de Río Blanco se reunió (…) en una casa particular y formaron el Gran Círculo de Obreros Libres; se unieron al PLM y eligieron a Neira como presidente y a continuación inciaron una revista clandestina, Revolución Social…”[10]

En estas dos luchas los magonistas desarrollaron la capacidad organizativa en el plano de masas del PLM, a la vez que dentro de estas organizaciones reivindicativas la preparación, organización y dirección se mantuvo en las células de obreros revolucioarios ligados a la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano.

En Cananea y Río Blanco fueron revueltas clasistas, impulsadas desde abajo, las que se levantaron contra los privilegios de los propietarios extranjeros y contribuyeron de modo directo a la formación de un nacionalismo revolucionario.[11]

Esto no sólo sucedió en México, sino también en Estados Unidos, donde el PLM aglutinaba a grandes sectores de los trabajadores Mexicanos residentes en ese país.

Tal es así que la Junta desarrolló una relación muy importante con el sindicato revolucionario Industrial Workers of the World (Obreros industriales del mundo) –IWW- y con la Wester Federetion of Miners (Federación de Mineros del Oeste) –WFM- en la cual incluso destacó como agitador y organizador en Arizona, Práxedis Guerrero.

La actividad del PLM en Nuevo México y Arizona se caracterizó por la asociación con los grupos sindicales. Entre los organizadores mejor dotados e ideológicamente más radicales que actuaron en esa región se encontraban Práxedis Guerero, Manuel Sarabia, Lázaro Gutiérrez de Lara y Fernando Palomares, que operaron intensamente en los centros mineros.[12]

La estrategia de los grupos del PLM fue siempre el desarrollar un sindicalismo de acción directa, centrado en la lucha reivindicativa, pero a través de la cual lograron un aumento potencial de la organizaciones de trabajadores.

El PLM desarrolló una especial vinculación y semejanza con la IWW debido no sólo “en terminos de sus respectivas ideologías; (sino en que) ambas organizaciones también experimentaron numerosas persecuciones por parte de las autoridades civiles.”[13]

La táctica del PLM fue ante todo oponer la lucha y la organización de los sectores explotados y oprimidos a fin de que estos apreciaran en la lucha de manera clara el antagonismo de intereses entre ellos y los patrones, además de constatar la labor del Estado siempre en defensa de los explotadores y contra los trabajadores.

En el campo la táctica fue similar, aunque con mayor sigilo. La estrategia se centró en preconizar la necesidad de que los peones se apropiaran de manera colectiva de las tierras de hacendadados y latifundistas. La propaganda del PLM a través de Regeneración sostuvo reiteradamente esta situación.

El papel de Regeneración como “agitador y organizador” colectivo destacó en estos trabajos del PLM; en torno a su difusión clandestina, proliferaron los núcleos secretos de carácter partidario y alrededor de estas “células” o “clubes” se fueron forjando organizaciones amplias con un carácter de masas, capaces de levantar las reivindicaciones más concrétas e imediatas de los agrupados y vincularlas, a través de la prensa revolucionaria, con los objetivos generales y a largo plazo del Partido Liberal fijados en el programa de 1906[14]

El carácter reivindicativo de la lucha del PLM y su relación con la Junta, se expresarán claramente en 1910 y 1911, mietras los magonistas desarrollaron la lucha de guerrillas en México. Más adelante, tomando otros nombres, la Junta subsistirá hasta la muerte de Ricardo Flores Magón.

La lucha armada

La dictadura de Días persiguió, encarceló y asesino a magonistas de manera encarnizada. El propio Ricardo Flores Magón estuvo preso 7 veces, con un total de 13 años en cautiverio tanto en México como en EU.[15]

Esta situación y las constantes luchas del PLM, permitieron a la Junta consolidar su estrategia, logrando que antiguos liberales o simples disidentes adoptaran abiertamente los ideales libertarios de la Junta, y no sólo esto, sino llegaron a compartir la táctica de la insurrección armada como único medio para derrotar a Porfiro Díaz.

La lucha armada en el pensamiento magonista no fue núnca una idea en la que se centrara la totalidad de la táctica de lucha. Por el contrario, el PLM entendía que esta respondía a un nivel de concientización de los obreros y campesinos que en ellas participaron, por tanto este concepto se distancia de los que se usaran en la segunda mitad del siglo XX (llamense “foquismo”, “guera popular prolongada”, etc.)

La lucha armada no tenía como único fin la derrota del tirano, sino la expropiación revolucionaria de los medios de producción, es decir, de la socialización de campos, talleres, minas, fábricas, herramientas, maquinaria, etc.

Pero además esta lucha se desarrolló como la culminación lógica de la lucha entre explotados y explotadores, es decir, la lucha armada buscaba ante todo poner de maner inmediata en las manos de los obreros y campesinos las fábricas, campos, maquinas y talleres; a fin de abolir en lo inmediato el principio de autoridad –el Estado- y la propiedad privada de los medios de producción –el Capital-.

Para llevar esto adelante, la Junta dividió en 5 zonas político/geográficas el país

La del norte, por ejemplo, incluía los estados de Sinaloa, Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. Para cada zona se nombró como jefe a un camarada de confianza con el título de Delegado. El jefe de las guerrillas estaba bajo su mando inmediato, y los subjefes, bajo el mando de este. Los simples guerrilleros no conocían mas que a su propio jefe y subjefe a quién elegían democráticamente, y el jefe de la guerrilla era el único que conocía al delegado de la zona bajo cuyo mando estaba.[16]

El concepto de ejercito magonista, distanciado del Ejercito Rojo que Trotsky desarrollaría años despúes en Rusia, se enmarcó siempre en la libre elección y revocabilidad de los mandos por parte de la tropa. Constituyendose en milicias de campesinos y obreros que operaron por decenas en México, a partir de 1906 hasta 1913.

Al tomar un lugar, ya sea por asalto, sorpresa o capitulación, se tendrá especial cuidado en no infligir tropelías de ningún generó a los habitantes pacíficos; en no permitir ni ejecutar actos que pugnen con el espíritu de justicia que caracteriza la revolución. Todo indigno abuso será enérgicamente reprimido. La espada de la revolución será implacable para los opresores y sus cómplices, pero también lo será para los que bajo la bandera de la libertad busquen el ejercicio de criminales desenfrenado[17]

La actividad armada de la Junta apuntó a la consecución de una revolución integral –es decir, económica, política y social- rechazando la idea de la revolución por etapas o por decretos. El régimen de transcisión referido por los magonistas no implicó la instauración de una dictadura, que burguesa o proletaria no deja de ser dictadura, sino que se refirió a la circunstancia “eventual” de la lucha guerrillera en los frentes como avanzada de los campesinos y trabajadores en armas.

Ahora bien, la Junta también buscó aliados, entre los sectores campesinos marginados, para llevar adelante la lucha insurreccional, y en estas ocaciones, respetó los mandos históricos de dichos grupos previamente levantados en armas contra el régimen.

En estos caso, podemos señalar la relación de la Junta con el pueblo Yaqui, con el cual se aliaron para combatir la guerra de exterminió llevada a cabo por Díaz.

En el Estado de Veracruz destaca la guerrilla de Santana Rodríguez Palafox “Santanón”, quien se encontraba levantado en armas por diferencias con los cacíques locales.

La manera en que la Junta del PLM entró en contácto con él se dio de la siguiente manera:

Cuando Valerio Ortiz a nombre del Partido Liberal se entrevistó con Santana, éste declaró “que no tenía compromisos políticos con nadie, que únicamente se defendía de las fuerzas del gobierno, y que conforme lo perseguían tenía que robar para mantenerse él y los suyos”. Habiéndosele leído el Programa del Partido Liberal Mexicano, pues era analfabeta, aceptó con agrado unir sus fuerzas a las de los revolucionarios, y al poco tiempo fue nombrado por la Junta “delegado especial” y “comandante militar de los grupos revolucionarios que organice.”[18]

En Chihuahua los magonistas desde 1906 realizaron insurrecciones y sabotajes, intentando tomar Cd. Juárez. En 1908 realizaron acciones armadas en Viesca, Palomas y las Vacas.

En enero de 1911 había grupos liberales insurreccionados en Sonora, Chihuahua, Tlaxcala, Veracruz, Oaxaca, Morelos, y Durango.

Los días posteriores estuvieron plagados de enfrentamientos de los diversos grupos magonistas contra las fuerzas de la dictadura, como refiere Diego Abad de Santillán:

El 11 de febrero, Silva escribía desde Guadalupe, Chihuahua, a Flores Magón: “Tengo enarbolada en esta pueblo la bandera roja con nuestro querido lema: “Tierra y Libertad”. Al ver ondeada esta insignia de los desheredados, acariciada por la fresca brisa invernal, me siente verdaderamente feliz…” el 17 de febrero hubo un encuentro entre los liberales de Mexicali y las tropas federales al mando del coronel Vega; estas últimas sufrieron una vergonzosa derrota.

Por este motivo, Francisco I. Madero, representante de la facción burguesa que pugnaba por hacerse del poder ante el debilitamiento de la dictadura, recurrió a diversas estrategias para contrarrestar las fuerzas magonistas:

El mes de febrero es también memorable para los liberales, por la traición de Madero contra el viejo Prisciliano G Silva, que se había adueñado de Guadalupe, Chihuahua. He aquí cómo sucedió: el 14 de febrero recibió Silva un mensaje de Madero solicitando ayuda para continuar la marcha desde Zaragoza, pues dado el estado de su columna, temía caer en manos de los federales. Silva le envió acho carros, un coche con veinte caballos ensillados y dos carros con toda clase de provisiones. El encargado de dirigir el convoy a Madero era Lázaro Gutiérrez de Lara que había llegado con un grupo de norteamericanos a incorporarse a Silva. El 15 de febrero llegó Madero a Guadalupe con una importante columna, siendo tratado los maderistas amablemente por los liberales. Madero intento conquistar a Silva para su causa, con el pretexto primeramente de que iban a ser atacados por los federales de un momento a otro. Silva consintió en una acción defensiva común y, al ir a tratar el plan de la campaña, fue arrestado por Madero por no querer reconocer como presidente provisional. Las fuerzas liberales, mezcladas con las maderistas, fueron también desarmadas traidoramente. Lázaro Gutiérrez de Lara, que fungió de Judas, se proclamó maderista; pero parece que lo era ya en el tiempo que se hacía pasar por liberal. Además de este hecho, Madero realizó otro menos cobarde: Gabino Cano iba a reunirse con cincuenta hombres a Silva, pero primeramente paso a la frontera de los Estados Unidos con trece heridos; Madero lo supo, y denunció a Cano con las autoridades norteamericanas. Esas traiciones rompieron toda consideración, y Ricardo Flores Magón escribió aquel famoso artículo: “Francisco I Madero es un traidor a la causa de la libertad”, que provocó una completa escisión de las fuerzas que solían luchar eventualmente unidas contra el porfirismo. (…) Madero, aprovechando esa circunstancias hacía creer que los liberales y los antireeleccionistas iban de acuerdo y hasta se publicaron manifiestos con los nombres de Francisco I Madero y Ricardo Flores Magón: el primero “presidente provisional” de la república y el segundo “Vicepresidente”.

Estas intrigas de Madero costaron mucho al movimiento armado magonista, aunque continuó luchando, siendo el mayor esfuerzo militar del PLM el de 1911, cuando tomaron Baja California con un ejercito de con destacada participación de miembros de la IWW como Joe Hill.

Sin embargo, la persecución y la distancia impidieron a los magonistas defender a mediano plazo las posiciones tomadas a lo largo de la frontera norte de México, cuanto más en los levantamientos en el centro y sur del país.

Posteriormente la Junta ante la incapacidad de soliviantar una lucha guerrillera, circuló entre sus miembros la indicación de insertarse en los grupos armados de raíz campesina, con la intención de ceder las armas y mantenerse en guerra hasta la oportunidad de una nueva reunificación, la cual nunca llegaría.

Conclusión

El magonismo fue sin duda la corriente más radical y que expreso de manera clara un programa revolucionario coherente en el estallido social de 1910.

La actividad de la Junta la llevó a visualizar de manera clara que sólo la actividad revolucionaria de los campesinos y obreros podría incubar un auténtico cambio social en México.

Ahondar en estos tres ejes del pensamiento magonista, es una tarea de suma importancia de la cual ahora sólo hemos enumerado los principales rasgos característicos, quedando pendiente un análisis a fondo de los muticitados ejes.

Para comprender mejor estos es recomendable buscar directamente la correspondencia de la Junta y de los organizadores obreros y guerrilleros del PLM.

También, mención aparte sería hablar del papel de Regeneración, de la participación aleccionadora de las mujeres en la lucha revolucionaria guiada por la Junta, de la estrategia seguida por cada columna guerrillera magonista, etc

Sin embargo, hemos hablado de los ejes estratégicos del magonismo, mostrando que la lucha revolucionaria desarrollada por estos se cimentaba en ideas firmes y sus tácticas respondían a una planificación revolucionaria determinada, contrario a las acusaciones fáciles que en ocasiones se han vertido contra el anarquismo revolucionario defendido por los magonistas.[19]

Entre las lecciones del magonismo la idea de que la lucha libertaria es a su vez una lucha en el plano organizativo, defensivo y ofensivo, debe de servir para guiar luchas presentes y futuras. Para quienes participamos en estas, debemos de buscar dotar dichas luchas con perspectivas clasistas y combativas, a su vez que con estrategias y tácticas que nos permitan alcanzar la victoria.

El magonismo lega un testamento político claro y concreto, sin dar lugar a medias tintas, Ricardo Flores Magón y Librado Rivera apuntaron certeramente cuales son nuestras tareas de cara a las luchas presentes y futuras, quedan pues en nosotros luchar por conquistar el mundo sin explotados ni explotadores por el que lucharon y murieron los compañeros:

Toca pues, a nosotros, los consientes, preparar la mentalidad popular para cuando llegue el momento, ya que no preparar la insurrección, por que la insurrección nace de la tiranía.

Preparar al pueblo no sólo para que espere con serenidad los grandes acontecimientos que vislumbramos, si no que sea capaz de no dejarse arrastrar por los que quieren conducirlos ahora por cambios de flores e idéntica esclavitud o tiranía semejante a la que hoy sufrimos.

Para lograr que la rebeldía inconsciente no forje con sus propios brazos la cadena nueva que de nuevo ha de esclavizar al pueblo, es preciso que nosotros, todos los que no creemos en gobiernos, todos los que estamos convencidos de que gobierno, cualquiera que sea su forma y quien quiera que se encuentre enfrente de él, es tiranía, por que no es una institución creada para proteger al débil, si no para amparar al fuerte, nos coloquemos a la altura de las circunstancias y sin temor propaguemos nuestro santo ideal anarquista, el único humano, el único justo, el único verdadero.

No hacerlo, es traicionar a sabiendas las vagas aspiraciones de los pueblos a una libertad sin límite, como no sean los límites naturales, esto es, una libertad que no dañe a la conservación de la especie.

No hacerlo, es dejar manos libres a aquellos que quieren aprovechar, para fines meramente personales, el sacrificio de los humildes.No hacerlo, es afirmar lo que dicen nuestros contrarios: que ésta muy lejano el tiempo en que pueda implantarse nuestro ideal. Actividad, actividad y más actividad, esto es lo que reclama el momento.

Que cada hombre y cada mujer que amen el ideal anarquista, lo propaguen con tesón, con terquedad, sin hacer aprecio de burlas, sin medir peligros, sin reparar en consecuencias.

¡Manos a la obra, camaradas, y el porvenir será para nuestro ideal![20]

Gracias

Alonso A.

*Esta ponencia fue presentada por el camarada del Comité de Resistencia Clasista  Alonso A. durante las jornadas magonistas celebradas el año 2009 en Monterrey, NL, México. Más info de estas jornadas en: http://www.magonistas.wordpress.com

Notas

[1] Enrique Flores Magón. Aclaraciones de la vida y obra de Ricardo Flores Magón. Texto recopilado en el libro Discursos de Ricardo Flores Magón. Editorial Antorcha. Méxido D.F. 1977 pág 13

[2] Idem

[3] Armando Bartra. Regeneración 1900-1918. ERA-SEP. México 1977. pág 16

[4] Salvador Hernández Padilla. El magonismo: historia de una pasión libertaria 1900/1922. ERA. Méxido DF. Pág 34

[5] Ricardo Flores Magón. Regeneración, 3 de Junio de 1911. “La obra de Juárez”

[6] bartra

[7] Salvador Hernández Padilla. El magonismo: historia de una pasión libertaria 1900/1922. ERA. Méxido DF. Pág 167

[8] Ibid pág 30

[9] John Mason Hart. El México revolucionario. Alianza Editorial Mexicana. México D.F. 1987 pág. 105

[10] Idem

[11] Ibid pág. 111

[12] Juan Gómez-Quiñones, las ideas políticas de Ricardo Flores Magón, ed. Era, México, 1977, p. 47.

[13] Lawrence Douglas Taylor, La campaña magonista de 1911 en Baja California, ed. COLEF, México, p. 1992.

[14] Armando Bartra. Regeneración 1900-1918. ERA-SEP. México 1977. pág 18

[15] Diego Abad de Santillán, Ricardo Flores Magón: apostol de la Revolución mexicana, ed. Antorcha

[16] Samuel Kaplan, Combatimos la tiranía, citado en Salvador Hernández Padilla. El magonismo: historia de una pasión libertaria 1900/1922. Era, Méxido, p. 91.

[17] Diego Abad de Santillán, Ricardo Flores Magón: apostol de la Revolución mexicana, ed. Antorcha

[18] Armando Bartra. Regeneración 1900-1918. ERA-SEP. México 1977. pág 28

[19] Tanto en la época de los Flores Magón cómo en años recientes, por ignorancia o por mala voluntad no han faltado las voces que a base de críticas infundadas, aún desde posiciones que intentan hacerse pasar por anarquistas, han denigrado y lanzado mil y un acusaciones a la lucha magonista.

[20] Ricardo Flores Magón y Librado Rivera, Manifiesto a los trabajadores, anarquistas y al mundo. 1918

Deja un comentario